quinta-feira, 7 de maio de 2009

Também a morte foi viciada


Nada tiene que ver el dolor con el dolor
nada tiene que ver la desesperación con la desesperación
Las palabras que usamos para designar esas cosas están viciadas
No hay nombres en la zona muda
Allí, según una imagen de uso, viciada espera la muerte a sus nuevos amantes
acicalada hasta la repugnancia, y los médicos
son sus peluqueros, sus manicuros, sus usurarios usuarios
la mezquinan, la dosifican, la domestican, la encarecen
porque esa bestia tufosa es una tremenda devoradora
Nada tiene que ver la muerte con esta imagen de la que me retracto
todas nuestras maneras de referirnos a las cosas están viciada
sy éste no es más que otro modo de viciarlas.

Enrique Lihn, Diario de Muerte

1 comentário:

Filipe Pinto disse...

Absolutamente tocante, vivo, orgânico, à distância do toque...
Obrigado por me ter despertado a consciência para o ilustre Enrique Lihn (até agora meu desconhecido) e que promete leituras deliciosas.